martes, 27 de septiembre de 2011

Sobre mis punas corre un río cristalino (Mina de Atalaya-Espinar-Cuzco)

Estos poemas fueron escritos aproximadamente hace cuatro meses, debido a un pedido de Insula Barataria, que gentilmente publica mis poemas con decisión ferviente. Los mismos apareceran en el próximo número. La experiencia poética me ha llevado siempre por el debido camino. Hablar sobre lo nuestro es lo mejor, abandonarse en otros brazos es tarea perdida. Los dejo esperando disfruten de estos dos poemas. El primero está dedicado a un compañero de colegio, hace ya más de 36 años, cuando apenas teníamos 6 o 7 casi nos hundimos en el relave que estaba cerca de donde trabajaba mi afanoso padre (Ingeniero de Minas), quien por entonces tuvo la perfecta idea de hacerme parte de sus sueños llevándome a la puna de Cuzco, por un tiempo aproximado de 6 años, lugar en el que tuve la suerte de crecer entre cactos, cóndores, pumas y zorras, recolectando renacuajos del riachuelo que había cerca, mientras disfrutaba del vuelo de los cóndores, que cuidan mis días desde entonces. El segundo poema fur creado como parte del reconocimiento de migrante en la ciudad de Lima, que me acoge con sus brazos muchas veces, regalándome sus libros que me llenan el alma.




Darío Cruz Quispe

Correteando, correteando vamos por el filo del relave
mi padre me ha repetido su letanía
a nosotros qué nos importa el peligro
si estamos marcados por las piedras de los montes.
Jalando, jalando el carrito, brincamos como endemoniados
siempre pasos de gigantes engreídos.
Los tres jugamos a ser poderosos
la muerte es tan dulce en los niños
nuestras caras pintadas con ese mineral putrefacto.
Piernas arriba, piernas abajo
felicitándonos unos a otros.
¡Vámonos ya, Darío! ¡Es suficiente!
La tierra en su cara parece haberlo marcado
no quiere dejar tan fácil la parca.
El más pequeño obedece, me ha seguido
pero Darío, sigue allá atizando
dolores en su cuerpo diminuto.
La tierra gris nunca perdona
hechizada traga lo que es suyo.
Brazos y piernas luchan al principio
emanando gritos de calcáreos
sus hombros están en la superficie
pululando su último suspiro
agónico, inerte, gris, presagio.
Mis gritos, mis gritos se enardecen
su boca devora tierra depredante
sangre escupe, sangre escupe
sus pestañas no son ya tales
sus vestigios, sus sollozos imperceptibles.
¡Darío, Darío, te internas en mis venas
cantando sangrientos recuerdos!
Muerto estás, sepultado vivo,
aunque vivo, muerto por tragar muerte temprana.

Pared trastocada

Sobre una pared meada, trastocada
unos señores pegan afiches chicheros.
Desde el ómnibus evoco
mi casita de madera
arreciada en mi mina.
Acá los ruidos de los autos
el olor a incienso
allá el silencio de la puna
allála textura del ichu.
Verde, verde era el cobre de las piedras
verde, verde como los parques.
Inquieto, mi padre viene a mi mente,
inquieto y triste a veces
él habita entre eucaliptos
yo debo aferrarmefalsamente a
este cielo oscuro, oscuro de Lima.

1 comentario:

  1. Cordiales saludos.

    Soy alumna de comunicaciones, curso el 7mo ciclo en la universidad.

    Me han dejado un trabajo de investigación, Y estoy analizando la poesía de cesar moro, me gustaría saber si me podría dar una pequeña entrevista, a la brevedad posible, ya que solo me han dado plazo de 1 semanas. Muchas gracias



    Angie Gonzales

    Numero:953708007
    Correo: zolo-x-ti@hotmail.com

    ResponderEliminar