(Amanecer I – 3.500 a.C.)
2.- Tiwanaku
(Mañana II – 500 d.C.)
3.- Señorío de Chincha
(Tarde III – 1438 d. C.)
4.- Sicán
(Atardecer IV – 1050 d. C.)
Atte,
TAD.
El soplo
El soplo adentrado y venoso
irrumpió entre las frágiles bromelias
cortante y furibundo
apretó pétalos incandescentes
llamaba con sus alaridos
al silencio impertérrito.
Hojas y ramas se mecen
en sus brazos de hamaca
lacerado, pensativo
ejecuta sus maniobras
al amanecer de los días.
Yangóntoro (Megatherium)
Pareni observa el enajenado bosque
un ser gigantesco avanza rasgándolo todo
ramas y troncos se quiebran a su paso.
Pareni, piensa:“Es fuerte y arremete”.
Yangóntoro, la observa con los ojos fijos
comiendo insectos, lagartijas y semillas.
Pareni, la curadora, avanza firme hacia
el gigante enamorado
le acaricia el lomo en tanto éste
mueve su cabeza de un lado al otro.
Fuego y agua parecen haber
encontrado la armonía.
Obediente, Yangóntoro,
voltea el rostro hacia Pareni.
Ella, tumultuosa, fijo su pensamiento,
mece su lomo bestial,
la tierra cambia de colores,
verde, rojo, verde loro, verde hoja,
verde palmera.
Subyugado, Yangóntoro,
se levanta de la tierra convertido
en matsiguenga como ella,
elegido deberá seguirla en todos sus presagios.
Pareni
Un árbol sangrado agita sus ramas doliente
sus hojas quejumbrosas caen sobre el suelo
sediento y cansado murmura incoherente.
Pareni, camina agitando brazos curadores
busca con su ojo mágico lo oculto y lo impreciso.
Sus manos tocan el árbol agitado
acaricia, conforta, pregunta,
acude presta a su sollozo.
Afligida, esquiva, consciente
cura sus heridas con dedos,
soplos, lágrimas y cenizas de viento.
Aplacado el dolor de su ombligo
ramas y hojas se mecen fervientes
la serenidad lo cierne en un sueño eterno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario